martes, 18 de noviembre de 2008

nanyboom

26/09/06

Esta vez les presentamos una de esas golosinas que aparecen repentinamente, y nos sorprenden por la escasísima calidad, tanto de su envoltorio, como de su nombre, y hasta del producto mismo. Uno lo ve y no siente reales deseos de probarlo. Pero un breve examen visual hace que nos sintamos atraídos por esa falta de calidad. “Eso debe ser un asco...”, “¡Mirá cómo se llama!”. Ya fue. Lo probamos. Se llama NanyBoom®.

El envoltorio no se esfuerza por ocultar lo que realmente encontraremos. Ostenta una imagen bastante exacta del contenido, y anuncia: bocadito de merengue y mouse de banana, cubierto con chocolate.
Lo de ‘mouse de banana’ es escasamente atractivo, cuando uno imagina que el porcentaje de banana que contiene ha de ser del 0,0001% con generosidad.
‘Cubierto con chocolate’ es una patraña vil de la que dan constancia muchas golosinas de mejor calidad, (ya que en sus envoltorios aclara una letra pequeña ‘baño de repostería sabor...’) así que NanyBoom no tendría por qué ser la excepción.
‘Merengue’. ¿Qué tendrá realmente bajo este sugestivo nombre?
Esta incursión grupal en lo francamente bizarro, dejó los consecuentes testimonios desde la percepción inicial hasta la apreciación del sabor propiamente dicho. Pido disculpas por las imágenes altamente desagradables que pasamos a describir, pero son palabras textuales.

Testimonios ante la observación del producto en sí:
Poli: Es repugnante, parece pus lo que tiene arriba.
Cris: Parece el forúnculo del culo de una morsa. Tipo se empieza a mover el bicho...
Flow: Tiene copitos de merengue.
Poli: Parecen gorgojos.
Cris: Una larva de escarabajo con chocolate.

Testimonios ante la experiencia olfativa:
Poli: No huele tan mal.
Flow, Pascu, Poli: Parece Bananita Dolca®.

Testimonios ante la experiencia bucal:
Poli: Licor de huevo sólido.
Flow: No es peor, pero zafa.
Pascu: Nada con poco gusto a Bananita Dolca®.
Flow: Cuando terminás de tragar es salado.
Cristian se abstuvo de paladear la delicia. Cobarde.

Para contradecir las percepciones iniciales, el sabor no disgustó en su totalidad. Realmente con escaso sabor a banana, merengue sólido al que estamos acostumbrados y una delgada capa grasosa símil chocolate que ni siquiera agrede el paladar. Una vez que tragamos, queda un molesto regusto salado entre los dientes, de dudosa procedencia. Inevitable citar brevemente: “Aquella noche los bombones tenían gusto a moka y un dejo raramente salado (en lo más lejano del sabor), como si al final del gusto se escondiera una lágrima”. Julio Cortázar, “Circe”.
Saquemos el gusto a moka, pongámosle ‘vulgar imitación banana’ y tenemos una idea.

Estime finalmente: Ni comer ni vomitar... nos hacemos unas gárgaras de NanyBoom y procedemos cuidadosamente a olvidar su existencia.

No hay comentarios: